Puede ser una inscripción con el Nombre, una imagen o una estatua del Buda Amida de pie. El objeto de reverencia ocupa la posición central del altar. Simboliza la compasión y la sabiduría de Amida, el Buda de la luz infinita y la vida inconmensurable.
La vela simboliza la sabiduría del Buda que ilumina la oscuridad de la ignorancia que nos impide ver la realidad de las cosas tal y como son.
Las flores simbolizan la compasión de Buda y representan la pureza y la belleza. Su premura en marchitarse nos recuerda la naturaleza impermanente de la vida. Se disponen a la izquierda del altar.
El incienso se ofrece para agradecer al Buda Amida su promesa de salvación. Su fragancia prepara nuestra mente para escuchar el dharma. Existen otras ofrendas posibles: arroz, fruta, dulces o agua.
El rin se usa para señalar el inicio, la pausa y el final de un servicio.
Los retratos de Shinran Shonin y de Rennyo Shonin pueden colorarse a ambos lados del gohonzon. También, pueden ubicarse ahí otras formas del Nombre como el Kuji myogo [Namu Fukashigiko Nyorai] y Juji myogo [Kimyo Jinjippo Mugeko Nyorai].
"Aunque la práctica fundamental es decir el Nombre del Buda Amida; mirar al altar nos ayuda a practicar la visualización de la tierra pura de una forma muy intuitiva y directa."
Gassho significa juntar las manos. Las palmas se unen manteniendo los dedos extendidos. El nenju rodea las manos y es sostenido entre los pulgares y el resto de los dedos. Los codos están cerca del cuerpo y las manos quedan a la altura del pecho. Este gesto es una expresión de reverencia y gratitud.
El nenju envuelve el gesto de gassho como un símbolo de la unidad entre el Buda y todos los seres, entre samsara y nirvana, Siempre que sea posible debemos sostener el nenju con la mano izquierda. Nos inclinamos a la vez que decimos el Nombre (raihai).
La inclinación muestra reverencia y gratitud y suele acompañar al gesto de gassho. Al inclinarnos, las manos siguen unidas pero llevamos el cuerpo hacia adelante y luego de regreso a la posición vertical.
Los sutras y libros de canto deben tratarse con sumo respeto. Antes y después del canto, se eleva el libro a la altura de la frente con signo de reverencia a las palabras de Buda y de los maestros.
Cuando nos acercamos al altar o entramos en la sala principal del templo, lo hacemos con el pie izquierdo primero. Al alejarnos del altar o salir del hondo, movemos primero el pie derecho.
Recitando Namo Amida Butsu o Namandabu decimos Buda, pensamos Buda...somos Buda. En nuestra denominación, el nembutsu no se recita como un mantra o con el propósito de ganar méritos, sino que se recita para darnos cuenta de la gran compasión del Buda Amida y sentir alegría por ello.
"El Budismo es mindfulness. Mindfulness es tener presente al Buda. Tener presente al Buda es nuestra practica diaria: juntar las manos en gassho, inclinarnos en raihai, decir namandabu sin calcular, hacer itadaku con el libro de sutras, cantar, ser consciente de los pasos del ritual..."
Venimos del samsara llenos de pasiones ciegas (bonno) en busca de la promesa del Tathagata.
El servicio comienza con la ofrenda de incienso. Es un gesto que nos ayuda a conector con el Buda. La fragancia despeja nuestra mente y nos pone en disposición de escuchar el dharma.
Simboliza la voz de Buda llamándote a tomar refugio en los tres tesoros. Da paso al canto correspondiente y señala el final del mismo.
Cantamos los sutras en voz alta, al unísono y de forma tradicional. Los cantos no se cantan para comprenderlos sino que implica atención, escucha y sincronía con los demás. Es, claramente, un ejercicio de atención plena.
Es el momento de escuchar el dharma. Siempre es importante escuchar con una actitud de máxima atención: "como si escucháramos por primera vez, como si su mensaje estuviera dirigido exclusivamente a nosotros y como si ésta fuera la última oportunidad de la que disponemos para escuchar sobre el Budismo."
Volvemos simbólicamente al samsara tras haber escuchado el dharma. Nuestras pasiones ciegas (bonno) sieguen con nosotros pero ahora sabemos que no estamos solos y que el despertar nunca nos ha abandonado.
"Un servicio es una oportunidad para conectar con el Buda, con la enseñanza y con el resto de practicantes."
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